Las redes sociales viables para sustituir a las agencias informativas: Jon Lee Anderson
Las redes sociales en internet sí pueden llegar a sustituir a las agencias noticiosas, pero el papel del periodista será todavía más difícil pues muchas de las fuentes que se manejan en el intercambio a través de Facebook o Tiwitter no son comprobables, ni quienes ponen los contenidos en la red tienen “la experiencia de contar o analizar lo que vieron”, dijo Jon Lee Anderson, periodista del New Yorker (Estados Unidos) en la segunda jornada del V Encuentro Internacional de Periodistas que se realizó el viernes 4 de diciembre en el marco de la Feria Internacional del Libro en Guadalajara 2009.
El ponente estadounidense considero que sin embargo el ciudadano común que utiliza las redes sociales es un poderoso instrumento de comunicación, ya que en muchos de los casos representa el testigo presencial de un hecho que luego describe no solo a través de la escritura, sino utilizando los medios que tenga a su alcance, como audio o video.
En la conferencia “Perfilando el poder: investigar y narrar, los retos del periodismo en latino América”, Jon Lee Anderson, estuvo acompañado de Javier Solorzano (México) y de Julio Villanueva Chang (Perú), reunió a un buen número de estudiantes, académicos, lectores del periodistas norte americano y trabajadores de los medios de comunicación. Para mucho de los presentes fue la más suculenta dentro del quinto encuentro de periodistas. En esta mesa, los tres profesionales penetraron en temas muy concretos de la labor cotidiana y su relación con la objetividad en el resultado final o presentación de su noticia, así como en la evaluación para saber que datos sensibles del entrevistado publicar, además de la relación con las fuentes informativas y las prohibiciones en cuanto a dichas fuentes.
“La objetividad es la máxima, la utopía la bandera nuestra. Por supuesto yo intento ser lo más objetivo posible, la mayoría del tiempo, pero hay circunstancias en las que uno tiene que incidir en la realidad. La realidad se te impone, y si no reaccionas como ser humano, estás perdido”, afirmó Anderson a pregunta de los asistentes, en donde algunos que tuvieron la oportunidad de cuestionarle dudas sobre las barreras de la labor periodística, conocían la prestigiosa trayectoria del periodista invitado, quien radica en la ciudad de Los Ángeles, California.
Lee Anderson, reafirmó que a la hora de escribir, uno de los pocos ángulos en los que ejerce la censura es cuando se trata de datos íntimos de los entrevistados, ya que le parece una cuestión burda que incluso podría resultar contraproducente para el efecto mayor que se busca con una nota bien documentada.
Recordó que “el deber es para con el público”, ya que cada vez es más común que la simpatía entre periodista y entrevistado también sea un elemento que influya en la objetividad y en el resultado final del trabajo periodístico.
Los ponentes y los asistentes, debatieron en la buscar cómo se debe retratar con justicia y sin sesgo de parcialidad personajes que por su propia naturaleza pública generan opiniones encontradas, como el caso de Hugo Chávez –presidente de Venezuela -, el subcomandante Marcos –líder del Ejército Zapatista de Liberación Nacional -, Fidel Castro, - ex presidente de Cuba-, entre muchos otros casos.
El periodista del New Yorker, es reconocido por crónicas biográficas que ha realizado a diversas figuras, además de las anteriormente descritas, muchos de sus trabajos han sido el perfil de Augusto Pinochet, Gabriel García Márquez, el rey Juan Carlos y Adolf Hitler.
Dijo que la intuición es una herramienta útil para conocer a quienes protagonizan la información porque, por ejemplo, a los villanos la corrupción “se les ve en los ojos”, pero advirtió que un buen periodista no debe quedarse solo con la intuición sino que está obligado a investigar a fondo para evitar equivocaciones.
Por su parte Julio Villanueva Chang, director de la revista Etiqueta Negra, recordó que en alguna ocasión un colega suyo encontró una carpeta, en una librería de viejo, con fotografías poco conocidas de Adolf Hitler y en donde se apreciaba al líder nazi abriendo un regalo o cargando, como un amoroso tío a la hija de su ministro de propaganda, Joseph Goebbels. En ese sentido un estudiante de periodismo preguntó, el ¿cómo se debe de integrar este tipo de informaciones a la hora de trabajar un perfil periodístico? Y ¿qué tanto puede alterar el punto de vista sobre determinados personajes?
Para Jon Lee, la respuesta esta “en un trabajo profesional que “intente” la objetividad y tome en cuenta los diversos factores y situaciones que rodean a las personas de las cuales se escribe o habla”.
En ese sentido, a manera de conclusión, aterrizando las reflexiones y anécdotas contadas en dicha mesa, la tarea del cronista, más que narrar, se debe de reflexionar en como un perfil o una crónica puede describir a una sociedad y situación social en general, utilizando para ello las nueva herramientas informativas, como son las redes sociales y el multimedia.
El ponente estadounidense considero que sin embargo el ciudadano común que utiliza las redes sociales es un poderoso instrumento de comunicación, ya que en muchos de los casos representa el testigo presencial de un hecho que luego describe no solo a través de la escritura, sino utilizando los medios que tenga a su alcance, como audio o video.
En la conferencia “Perfilando el poder: investigar y narrar, los retos del periodismo en latino América”, Jon Lee Anderson, estuvo acompañado de Javier Solorzano (México) y de Julio Villanueva Chang (Perú), reunió a un buen número de estudiantes, académicos, lectores del periodistas norte americano y trabajadores de los medios de comunicación. Para mucho de los presentes fue la más suculenta dentro del quinto encuentro de periodistas. En esta mesa, los tres profesionales penetraron en temas muy concretos de la labor cotidiana y su relación con la objetividad en el resultado final o presentación de su noticia, así como en la evaluación para saber que datos sensibles del entrevistado publicar, además de la relación con las fuentes informativas y las prohibiciones en cuanto a dichas fuentes.
“La objetividad es la máxima, la utopía la bandera nuestra. Por supuesto yo intento ser lo más objetivo posible, la mayoría del tiempo, pero hay circunstancias en las que uno tiene que incidir en la realidad. La realidad se te impone, y si no reaccionas como ser humano, estás perdido”, afirmó Anderson a pregunta de los asistentes, en donde algunos que tuvieron la oportunidad de cuestionarle dudas sobre las barreras de la labor periodística, conocían la prestigiosa trayectoria del periodista invitado, quien radica en la ciudad de Los Ángeles, California.
Lee Anderson, reafirmó que a la hora de escribir, uno de los pocos ángulos en los que ejerce la censura es cuando se trata de datos íntimos de los entrevistados, ya que le parece una cuestión burda que incluso podría resultar contraproducente para el efecto mayor que se busca con una nota bien documentada.
Recordó que “el deber es para con el público”, ya que cada vez es más común que la simpatía entre periodista y entrevistado también sea un elemento que influya en la objetividad y en el resultado final del trabajo periodístico.
Los ponentes y los asistentes, debatieron en la buscar cómo se debe retratar con justicia y sin sesgo de parcialidad personajes que por su propia naturaleza pública generan opiniones encontradas, como el caso de Hugo Chávez –presidente de Venezuela -, el subcomandante Marcos –líder del Ejército Zapatista de Liberación Nacional -, Fidel Castro, - ex presidente de Cuba-, entre muchos otros casos.
El periodista del New Yorker, es reconocido por crónicas biográficas que ha realizado a diversas figuras, además de las anteriormente descritas, muchos de sus trabajos han sido el perfil de Augusto Pinochet, Gabriel García Márquez, el rey Juan Carlos y Adolf Hitler.
Dijo que la intuición es una herramienta útil para conocer a quienes protagonizan la información porque, por ejemplo, a los villanos la corrupción “se les ve en los ojos”, pero advirtió que un buen periodista no debe quedarse solo con la intuición sino que está obligado a investigar a fondo para evitar equivocaciones.
Por su parte Julio Villanueva Chang, director de la revista Etiqueta Negra, recordó que en alguna ocasión un colega suyo encontró una carpeta, en una librería de viejo, con fotografías poco conocidas de Adolf Hitler y en donde se apreciaba al líder nazi abriendo un regalo o cargando, como un amoroso tío a la hija de su ministro de propaganda, Joseph Goebbels. En ese sentido un estudiante de periodismo preguntó, el ¿cómo se debe de integrar este tipo de informaciones a la hora de trabajar un perfil periodístico? Y ¿qué tanto puede alterar el punto de vista sobre determinados personajes?
Para Jon Lee, la respuesta esta “en un trabajo profesional que “intente” la objetividad y tome en cuenta los diversos factores y situaciones que rodean a las personas de las cuales se escribe o habla”.
En ese sentido, a manera de conclusión, aterrizando las reflexiones y anécdotas contadas en dicha mesa, la tarea del cronista, más que narrar, se debe de reflexionar en como un perfil o una crónica puede describir a una sociedad y situación social en general, utilizando para ello las nueva herramientas informativas, como son las redes sociales y el multimedia.
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