Festejos al baúl de los recuerdos
Lo anterior es parte del desenlace de la cinta El Infierno, producida y dirgida por Luis Estrada -el creador de la Ley de Herodes-, en donde recurre al tema de las celebraciones de este Bi-Centenario, con un toque que peca en lo real y hace notar, eso que muchos nos preguntamos: ¿Qué celebrar? En donde la respuesta que encuentra este tecleador, después de repazar la historia de nuestro país es que sería hasta géneticamente contraproducente no celebrar esta noche del 15 de septiembre.
Para empezar (parte oficial)... “Para entender por qué nosotros, nuestra familia y nuestros amigos somos como somos, es importante conocer de dónde venimos y como era antes el lugar en que vivimos: eso nos enseña la Historia”, .dice el capítulo introductorio de un libro de texto gratuito del bicentenario. Si bien hoy más que nunca vivimos en una vulgar falta de identidad, en una acelerada degradación social, en una crisis no sólo económica, sino cultural, en donde muchos desean tener, sin mercer, donde la clase política carece cada vez menos de clase, en donde a más de 500 años (no 200), sigue sin reconocerse a los verdaderos hombres -ocultos en la historia de los vencidos-, que han dado identidad y forma a nuestro México, es decir, a nuestra raíz indígena. A pesar de que todo el mundo habla del 2010 y festejos con fribolidad, un tono pratriotero, y muchos otros, sacan conclusiones suaves, de gurús primer mundista, que no hay nada que celebrar. Qué por el retroceso, qué no hay independencia, qué la revolución no sirvió de nada, qué como sociedad y nación no hemos avanzado. A todos ellos, se les olvida que México es más grande que sus desgracias y que hablar mal de un estado fallido, no es hablar mal de nuestro país, que gritar viva México, en un lugar, no se, tal vez, en algún lugar de las montañas del sureste mexicano, toma muchisímo más sentido y fuerza, que se llega a entonar en algún foro televisivo. A pesar de esta guerra civil, que enfrenta el norte de México, a pesar de ser el holocuasto centroamericano para muchos hermanos latinos, su pasado y presente de Chihuahua, su gente y sus futuros ciudadanos de bien, son más grandes y númerosos que las tropas que envie un chaparrito, peloncito de lentes que seguramente la historia a él lo va hacer pedazos.
Hay mucho porque celebrar, a pesar de que las injusticias sean casi similares a las de hace 100 o 200 años, a pesar que ya no existen hombres ilustres en la política, a pesar de nuestros festejos miopes que nos quieren imponer desde arriba. Hay mucho que celebrar, como nación -lo que aún nos queda-, hay que salir a gritar Viva México y a la vez ya basta, para que no se vuleva a repetir estas dos décadas de engaño.
Hay que celebrar todo lo que queremos de nuestra patria, a relfexionar a seguir avante ante las dificultades, a volver a entonar ese grito de “'viva México y muera el mal gobierno”.
Esperando que al termino de la jornada, una vez que se apaguen los fuegos artificiales, esta temporada, forme parte solo de una página en nuestra historia, que pueda apreciar en un libro de texto gartuito, en donde se indique a los prósperos habitantes de este país, que hubo un presidente que nadie recuerda, que de verguenza saber que mexicanos murieron al cruzar la frontera, que se sorprendan al saber que en ese año murieron asesinados por el crimen organizado 72 migrantes en un rancho en el noreste del país, que durante el 2010, el indice de desempleo creció, que hubo más de 5 millones de mexicanos en pobreza extrema, que todo eso oscuro que nos impide y divdide celebra nuestro bicentenario, pero que a pesar de ello, se celebraron los 200 años de independencia. Que sea sólo eso, una página, oscura, pequeña, de una grandiosa historia que se llama México, pero que en ella se incluyan historias en donde digan, por ejemplo, que Ignacio del Valle salió libre, que en Bancos de San Hipólito se hizo justicia a su disputa por la tierra, y que cierre con un espectacular, “el pueblo mexicano salió avante en ese tiempo”, y que todo ello se vaya a un baúl de los recuerdos.
Por que hoy en día todos nos identificamos con el Benji, el sujeto que esta disparando la AK-47 en El Infierno, más que venganza, es un grito de romper el silencio, de acabar con todos los que nos tienen sometidos y les conviene tenernos así. Este bicentenario si hay que celebrarlo, por la historia y por lo que viene, porque Otro México si es posible.
P.D. Requiem. Al finado pumista Germán Dhesa, porque en sus letras descubrí la grandeza de un artículo de opinión.
1 comentarios:
¡Hola, qué tal! Yo también soy alumno de la carrera de periodismo, te he visto por el CUS, saludos. ¡Ya quiero ver El Infierno!
Visita mi blog, paséate por ahí. Nos vemos.
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